Los Santos Inocentes, mártires, fiesta
Tiempo de Navidad
1) Oración inicial
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio de Cristo, no de palabra, sino con su sangre, ayúdanos a poner de manifiesto nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con nuestra conducta diaria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 2,13-18
Cuando los magos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.
3) Reflexión
El Evangelio de Mateo, redactado entorno a los años 80 y 90, tiene la preocupación de mostrar que en Jesús se realizan las profecías. Muchas veces se dice: “Esto sucedió para que se realizara lo que dice la escritura…” (cf. Mt 1,22; 2,17.23; 4,14; 5,17; etc.). Es porque los destinatarios del Evangelio de Mateo son las comunidades de judíos convertidos que vivían una crisis profunda de fe y de identidad.
4) Para la reflexión personal
5) Oración final
Nuestra ayuda es el nombre de Yahvé, que hizo el cielo y la tierra. (Sal 124,8)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)