1) Oración inicial
Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre, sentenciado a muerte; concede a los que van a adorarlo, hecho niño en Belén, participar de los bienes de su redención. Por nuestro Señor.
2) Lectura del santo Evangelio según Lucas 1,46-55
Y dijo María: «Alaba mi alma la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava,
por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías. Acogió a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
– como había anunciado a nuestros padres –
en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.»
3) Reflexión
4) Para la reflexión personal
Analiza la conciencia social que aflora en el cántico de María. En el siglo 20 después de Cristo este canto fue censurado por los militares de un país latinoamericano, porque fue considerado subversivo.
5) Oración final
Levanta del polvo al humilde,
alza del muladar al indigente
para sentarlo junto a los nobles,
y darle en heredad trono de gloria. (1Sam 1,8)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)