Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada – Al servicio de la Iglesia, la fe y la cultura – Jerez de la Frontera

Lectio Divina: Juan 1,29-34

Tiempo de Navidad

1) Oración inicial

Señor, que has comenzado de modo admirable la obra de la redención de los hombres con el nacimiento de tu Hijo, concédenos, te rogamos, una fe tan sólida que, guiados por el mismo Jesucristo, podamos alcanzar los premios eternos que nos has prometido. Por nuestro Señor. Amen.

2) Lectura

Del santo Evangelio según Juan 1,29-34
Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije:
Detrás de mí viene un hombre,
que se ha puesto delante de mí,
porque existía antes que yo.
«Yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.» Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: `Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que ése es el Elegido de Dios.»

3) Reflexión

• En el Evangelio de Juan historia y símbolo se mezclan. En el texto de hoy, el simbolismo consiste sobre todo en evocaciones de texto conocidos del Antiguo Testamento que revelan algo respecto de la identidad de Jesús. En estos pocos versos (Jn 1,29-34) hay las siguientes expresiones con densidad simbólica: a) Cordero de Dios; b) Quitar el pecado del mundo; c) Existía antes que yo; d) El descenso del Espíritu como paloma; e) Hijo de Dios.
Cordero de Dios. Este título evocaba la memoria del éxodo. En la noche de la primera Pascua, la sangre del Cordero Pascual, con el que se señalaban las puertas de las casas, constituía para la gente señal de liberación (Es 12,13-14). Para los primeros cristianos Jesús es el nuevo Cordero Pascual que libera a su pueblo (1Cor 5,7; 1P 1,19; Ap 5,6.9).
Quitar el pecado del mundo. Evoca la frase tan bonita de la profecía de Jeremías: “Ya no tendrán que enseñarse mutuamente diciéndose el uno al otro: Conozcan a Yavé. Pues me conocerán todos, del más grande al más humilde. Porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado” (Jer 31,34).
Existía antes que yo. Evoca varios textos de los libros sapienciales, en los que se habla de la Sabiduría de Dios que existía antes de todas las demás criaturas y que estaba junto a Dios como maestro de obras en la creación del universo y que, por fin, fue a morar en medio del pueblo de Dios (Prov 8,22-31; Ec 24,1-11).
El descenso del Espíritu como paloma. Evoca la acción creadora en la que se dice que “el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas “ (Gén 1,2). El texto de Génesis 1,2 sugiere la imagen de un pájaro que vuela sobre un nido. Imagen de la nueva creación en movimiento bajo la acción de Dios.
Hijo de Dios: es el título que resume todos los demás. El mejor comentario de este título es la explicación del mismo Jesús: “Las autoridades de los judíos respondieron: No te apedreamos por algún bien que hayas hecho, sino porque siendo hombre, insultas a Dios, haciéndote pasar por Dios.” Jesús dijo:”¿No está escrito en la Ley de ustedes: Yo lo digo: ustedes son dioses? Se llama, pues, dioses a los que reciben la palabra de Dios; y no se puede dudar de la Escritura. Entonces, si el Padre me ha consagrado y enviado al mundo, ¿no puedo decir que soy Hijo de Dios sin insultar a Dios? Si yo no cumplo las obras del Padre, no me crean. Pero si las cumplo, aunque no me crean por mí, crean por las obras que hago y sepan de una vez que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre.” (Jn 10,33-39)

4) Para la reflexión personal

• Jesús se ofreció a si mismo, completamente, para toda la humanidad, y yo ¿qué puedo ofrecer para ayudar a mi prójimo?
• También nosotros hemos recibido el Espíritu Santo ¿Cuán consciente soy de que soy templo del Espíritu?

5) Oración final

Cantad a Yahvé un nuevo canto,
porque ha obrado maravillas;
le sirvió de ayuda su diestra,
su santo brazo. (Sal 98,1)

Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)