Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada – Al servicio de la Iglesia, la fe y la cultura – Jerez de la Frontera

Lectio Divina: Lucas 11,15-26

Tiempo Ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor.

2) Lectura

Del Evangelio según Lucas 11,15-26
Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.» Otros, para ponerle a prueba, le pedían un signo del cielo. Pero él, conociendo sus intenciones, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y una casa se desploma sobre la otra. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?… porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. «El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: `Me volveré a mi casa, de donde salí.’ Y, al llegar, la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.»

3) Reflexión

• El evangelio de hoy nos presenta una larga discusión entorno a la expulsión de un demonio mudo que Jesús acababa de realizar ante la gente.
• Lucas 11,14-16: Tres reacciones diferentes ante la misma expulsión. Jesús estaba expulsando demonios. Ante este hecho bien visible, realizado ante todos, hubo tres reacciones, diferentes. La gente quedó admirada, aplaudió. Otros dijeron: “Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.” El evangelio de Marcos informa que se trataba de los escribas que habían llegado a Jerusalén para controlar la actividad de Jesús (Mc 3,22). Otros pedían una señal del cielo, pues no se convencieron ante la señal tan evidente de la expulsión realizada ante todo el pueblo.
• Lucas 11,17-19: Jesús muestra la incoherencia de los adversarios. Jesús usa dos argumentos para rebatir la acusación de estar expulsando demonios en nombre de Beelzebul. En primer lugar, si el demonio expulsa su propio demonio, se divide a sí mismo y no sobrevive. En segundo lugar, Jesús les devuelve el argumento: “Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos?” Dicho con otras palabras, ellos también estarán haciendo las expulsiones en nombre de Beelzebul.
• Lucas 11,20-23: Jesús es el hombre más fuerte que llegó, señal de la llegada del Reino. Aquí Jesús llega al punto central de su argumentación: “Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.” En la opinión de la gente de aquel tiempo, Satanás dominaba el mundo mediante demonios (daimônia). El era el hombre fuerte y bien armado que guardaba su casa. La gran novedad era que Jesús conseguía expulsar los demonios. Señal de que él era el hombre más fuerte que llegó. Con la llegada de Jesús el reino de Beelzebul entró en declino: “Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.”. Cuando los magos del Faraón vieron que Moisés hacía cosas que ellos no eran capaces de hacer, fueron más honrados que los escribas de Jesús y dijeron: “¡Aquí está el dedo de Dios!” (Ex 8,14-15).
• Lucas 11,24-26: El final es peor que el principio. En la época de Jesús, en los años 80, ante las persecuciones, muchos cristianos se volvieron atrás y abandonaron las comunidades. Volvieron a la forma de vivir de antes. Lucas, para avisar a ellos y a nosotros, guardó estas palabras de Jesús sobre el final que es peor que el principio.
• La expulsión de los demonios. El primer impacto que la acción de Jesús causa en la gente es la expulsión de los demonios: “¡Hasta a los espíritus impuros da órdenes y ellos le obedecen!” (Mc 11,27). Una de las principales causas de la discusión de Jesús con los escribas era la expulsión de los demonios. Ellos lo calumniaban diciendo: “¡Está poseído por Beelzebul! Expulsa a los demonios por el príncipe de los demonios” El primer poder que los apóstoles recibieron cuando fueron enviados en misión fue el poder de expulsar los demonios: “Les dio poder sobre los espíritu del mal” (Mc 6,7). La primera señal que acompaña el anuncio de la resurrección es la expulsión de los demonios: “Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas”. (Mc 16,17). La expulsión de los demonios era lo que más llamaba la atención de la gente (Mc 1,27). Alcanzaba el centro de la Buena Nueva del Reino. Por medio de esto, Jesús devolvía las personas a ellas mismas. Devolvía el juicio, la conciencia (Mc 5,15). Sobre todo el evangelio de Marcos, del comienzo al final, con palabras casi iguales, repite sin parar el mismo mensaje. “¡Y Jesús expulsaba los demonios!” (Mc 1,26.34.39; 3,11-12.22.30; 5,1-20; 6,7.13; 7,25-29; 9,25-27.38; 16,17). Parece un refrán que vuelve una y otra vez. Hoy, en vez de usar siempre las mismas palabras, usaríamos palabras distintas para transmitir el mismo mensaje y diríamos: “¡El poder del mal, Satanás, que da miedo a la gente, Jesús lo venció, lo dominó, lo agarró, lo destronó, lo derrotó, lo expulsó, lo eliminó, lo exterminó y lo mató!” Lo que el evangelio nos quiere decir es esto: “A los cristianos está prohibido tener miedo de Satanás!” Por su resurrección y su acción libertadora, Jesús aleja de nosotros el miedo de Satanás, crea libertad en nuestro corazón, nos da firmeza en la acción y pone esperanza en el horizonte! ¡Debemos caminar con Jesús, por su camino, con el sabor de la victoria sobre el poder del mal.

4) Para la reflexión personal

• Expulsar el poder del mal. ¿Cuál es hoy el poder del mal que masifica a la gente y le roba la conciencia crítica?
• ¿Puedes decir que estás totalmente libre y liberado/a? En caso de respuesta negativa , alguna parte de ti está en poder de otras fuerzas. ¿Qué haces para que este poder no te domine?

5) Oración final

Actúa con esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
De sus proezas dejó un memorial.
¡Clemente y compasivo Yahvé! (Sal 111,3-4)

Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)