Sábado, 7 Noviembre , 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles; concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que pos prometes. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 16,1-8
Decía también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda. Le llamó y le dijo: `¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no seguirás en el cargo.’ Se dijo entre sí el administrador: `¿Qué haré ahora que mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea destituido del cargo me reciban en sus casas. ‘«Y llamando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: `¿Cuánto debes a mi señor?’ Respondió: `Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: `Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ Después dijo a otro: `Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: `Cien cargas de trigo.’ Dícele: `Toma tu recibo y escribe ochenta.’«El señor alabó al administrador injusto porque había obrado con sagacidad, pues los hijos de este mundo son más sagaces con los de su clase que los hijos de la luz.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta una parábola que trata de la administración de los bienes y que encontramos sólo en el evangelio de Lucas. Se la conoce como La parábola del administrador deshonesto. Parábola desconcertante. Lucas dice: “El Señor alabó al administrador injusto porque había obrado con sagacidad”. El Señor es Jesús mismo y no el administrador. ¿Cómo es que Jesús puede elogiar a un empleado corrupto?
• Lucas 16,1-2: El administrador es amenazado de despido. “Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda. Le llamó y le dijo: ` ¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no seguirás en el cargo.’” El ejemplo, sacado del mundo del comercio y del trabajo, habla por sí solo. Alude a la corrupción que existía. El dueño descubrió la corrupción y decidió despedir al administrador deshonesto. Este, de repente, se ve en una situación de emergencia y obligado por las circunstancias imprevistas a encontrar una salida para poder sobrevivir. Cuando Dios se hace presente en la vida de una persona, allí, de repente, todo cambia y la persona entra en una situación de emergencia. Tendrá que tomar una decisión y encontrar una salida.
• Lucas 16,3-4: ¿Qué hacer? ¿Qué salida tomar? “Se dijo entre sí el administrador: ¿Qué haré ahora que mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza”. Y empieza a reflexionar para descubrir una salida. Analiza, una por una, las posibles alternativas: cavar o trabajar la piedra para sobrevivir, pero para esto no tiene fuerzas. Mendigar le da vergüenza. Analiza las cosas. Calcula bien las posibles alternativas. “Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea destituido del cargo me reciban en sus casas”. Se trata de garantizar su futuro. El administrador deshonesto es coherente con su modo de pensar y de vivir.
• Lucas 16,5-7: Realización de la solución encontrada. “Y llamando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ` ¿Cuánto debes a mi señor?’ Respondió: `Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: `Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ Después dijo a otro: `Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: `Cien cargas de trigo.’ Dícele: `Toma tu recibo y escribe ochenta. «. Dentro de su total falta de ética el administrador fue coherente. El criterio de su acción no es la honestidad y la justicia, ni el bien del dueño de quien va a depender para vivir y sobrevivir, sino su propio interés. El quiere la garantía de tener a alguien que lo reciba en su casa.
• Lucas 16,8: El Señor elogió al administrador deshonesto. Y ahora viene la conclusión desconcertante: “El Señor alabó al administrador injusto porque había obrado con sagacidad, pues los hijos de este mundo son más sagaces con los de su clase que los hijos de la luz.” La palabra Señor se refiere a Jesús y no al dueño, al hombre rico. Este jamás alabaría a un empleado deshonesto con él en el servicio y que ahora, roba más de 50 barriles de aceite y 20 sacos de trigo. En la quién alaba es Jesús. Y Jesús no alaba el robo, sino la presencia de espíritu del administrador. Sabe calcular bien las cosas y sabe encontrar una salida, cuando de repente se ve sin trabajo. Así, como los hijos de este mundo saben ser expertos en sus cosas, así los hijos de la luz deben aprender de ellos a ser expertos en la solución de sus problemas, usando los criterios del Reino y lo los criterios de este mundo. “Sean expertos como las serpientes y simples como las palomas” (Mt 10,16).
4) Para la reflexión personal
• ¿Soy coherente?
• ¿Cuál es el criterio que uso en la solución de mis problemas?
5) Oración final
Una cosa pido a Yahvé,
es lo que ando buscando:
morar en la Casa de Yahvé
todos los días de mi vida,
admirar la belleza de Yahvé
contemplando su templo. (Sal 27,4)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)