Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor.
2) Lectura del Santo Evangelio según Lucas 11,1-4
Estaba él orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.»
3) Reflexión
En el evangelio de ayer, vimos a María a los pies de Jesús, escuchando su palabra. Quien escucha la palabra de Dios deberá dar una respuesta en la oración. Así, el evangelio de hoy da continuidad al evangelio de ayer, presentando el pasaje evangélico en que Jesús, por su manera de rezar, despierta en los discípulos la voluntad de rezar, de aprender de él a rezar.
• Lucas 11,1: Jesús, ejemplo de oración. “Estaba él orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: “Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.” La petición del discípulo es algo extraña, pues en aquel tiempo, la gente aprendía a rezar desde pequeños. Todos e todas rezaban tres veces al día, de mañana, a medio día y por la tarde. Rezaban muchos salmos. Tenían sus prácticas piadosas, tenían los salmos, tenían las reuniones semanales en la sinagoga y los encuentros diarios en casa. Pero parece que no bastaba. El discípulo quería más: “¡Enséñanos a rezar!” En la actitud de Jesús él descubrió que podría dar un paso más y que, por ello, necesitaba una iniciación. El deseo de rezar está en todos, pero la manera de rezar pide una ayuda. La manera de rezar va cambiando a lo largo de los años de la vida y ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Se enseña a rezar por medio de las palabras y del testimonio.
• Lucas 11,2-4: La oración del Padre Nuestro. “Jesús respondió: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.” En el evangelio de Mateo, de forma muy didáctica, Jesús resume toda su enseñanza en siete peticiones dirigidas al Padre. Aquí en el evangelio de Lucas las peticiones son cinco. En estas cinco peticiones, Jesús retoma las grandes promesas del Antiguo Testamento y pide que el Padre nos ayude a realizarlas. Las primeras tres (o dos) dicen algo respecto de nuestra relación con Dios. Los otros cuatros (o tres) dicen algo respecto de la relación entre nosotros…
Mt – Lc: Introducción: Padre Nuestro ¡que estás en el cielo!
Mt – Lc: 1º petición: Santificación del Nombre
Mt – Lc: 2º petición: Llegada del Reino
Mt: 3º petición: Realización de la Voluntad
Mt – Lc: 4º petición: Pan de cada día
Mt – Lc: 5º petición: Perdón de las deudas
Mt – Lc: 6º petición: No caer en las Tentaciones
Mt: 7º petición: Liberación del Maligno
• Padre (Nuestro): El título expresa la nueva relación con Dios (Padre). Es el fundamento de la fraternidad. a) Santificar el Nombre: El nombre es JAHVÉ. Significa ¡Estoy contigo! Dios con nosotros. En este NOMBRE Dios se da a conocer (Ex 3,11-15). El Nombre de Dios es santificado cuando es usado con fe no como magia; cuando es usado según su verdadero objetivo, es decir, no para la opresión, sino para la liberación de la gente y la construcción del Reino. b) Llegada del Reino: El único dueño y rey de la vida humana es Dios (Is 45,21; 46,9). La venida del Reino es la realización de todas las esperanzas y promesas. Es la vida plena, la superación de las frustraciones sufridas con los reyes y los gobiernos humanos. Este Reino acontecerá, cuando la voluntad de Dios se realice plenamente. c) Pan de cada día: En el éxodo, cada día, la gente recibía el maná en el desierto (Ex 16,35). La Providencia Divina pasaba por la organización fraterna, por el compartir. Jesús nos invita a realizar un nuevo éxodo, una nueva manera de convivencia fraterna que garantice el pan para todos (Mt 6,34-44; Jn 6,48-51). d) Perdón de las deudas: Cada 50 años, el Año Jubilar obligaba a todos al perdón de la deuda. Era un nuevo comienzo (Lev 25,8-55). Jesús anuncia un nuevo Año Jubilar, «un año de gracia de parte del Señor» (Lc 4,19). El Evangelio quiere empezar todo de nuevo. Hoy, la deuda externa ¡no es perdonada! Lucas cambia “deudas” por “pecados”. e) No caer en la Tentación: en el éxodo, la gente fue tentada y cayó (Dt 9,6-12). Murmuró y quiso volverse atrás (Ex 16,3; 17,3). En el nuevo éxodo, la tentación será superada por la fuerza que el pueblo recibe de Dios (1Cor 10,12-13).
• El testimonio de la oración de Jesús en el Evangelio de Lucas: – A los doce años de edad, va al Templo, a la Casa del Padre (Lc 2,46-50). – En la hora de ser bautizado y de asumir la misión, reza (Lc 3,21). – En la hora de iniciar la misión, pasa cuarenta días en el desierto (Lc 4,1-2). – En la hora de la tentación, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12). – Jesús tiene la costumbre de participar en las celebraciones en las sinagogas los sábados (Lc 4,16) – Busca la soledad del desierto para rezar ( Lc 5,16; 9,18). – La víspera de escoger a los doce Apóstoles, pasa la noche en oración (Lc 6,12). – Reza antes de comer (Lc 9,16; 24,30). – Al ponerse ante la realidad y a la hora de hablar de su pasión, reza (Lc 9,18). – En la crisis, sube al Monte para rezar y es trasfigurado cuando reza (Lc 9,28). – Ante la revelación del Evangelio a los pequeños, dice: “¡Padre yo te doy gracias!” (Lc 10,21) – Rezando, despierta en los apóstoles la voluntad de rezar (Lc 11,1). – Reza por Pedro para que no desfallezca en la fe (Lc 22,32). – Celebra la Cena Pascual con sus discípulos (Lc 22,7-14). – En el Huerto de los Olivos, reza, aun cuando transpira sangre (Lc 22,41-42). – En la angustia de la agonía pide a los amigos que recen con él (Lc 22,40.46). – En la hora de ser clavado en la cruz, pide perdón por los malhechores (Lc 23,34). – En la hora de la muerte, dice: «¡Entre tus manos encomiendo mi espíritu!» (Lc 23,46; Sal 31,6) – Jesús muere soltando el grito del pobre (Lc 23,46).
4) Para la reflexión personal
• ¿Rezo? ¿Cómo rezo? ¿Qué significa la oración para mí?
• Padre Nuestro: paso en revista las cinco peticiones y verifico cómo las vivo en mi vida.
5) Oración final
¡Alabad a Yahvé, todas las naciones, ensalzadlo, pueblos todos! Pues sólido es su amor hacia nosotros, la lealtad de Yahvé dura para siempre. (Sal 117,1-2)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)