Tiempo Ordinario
Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor.
Lectura del santo Evangelio según Lucas 11,1-4
Estaba él orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.»
Reflexión
Quien escucha la palabra de Dios deberá dar una respuesta en la oración. Así, el evangelio de hoy, da continuidad al evangelio de ayer, presentando el pasaje evangélico en que Jesús, por su manera de rezar, despierta en los discípulos la voluntad de rezar, de aprender de él a rezar.
Las otras cuatros (o tres) dicen algo respecto de la relación entre nosotros…
Mt – Lc: Introducción: Padre Nuestro ¡que estás en el cielo!
Mt – Lc: 1º petición: Santificación del Nombre
Mt – Lc: 2º petición: Llegada del Reino
Mt: 3º petición: Realización de la Voluntad
Mt – Lc: 4º petición: Pan de cada día
Mt – Lc: 5º petición: Perdón de las deudas
Mt – Lc: 6º petición: No caer en las Tentaciones
Mt: 7º petición: Liberación del Maligno
Este Reino acontecerá, cuando la voluntad de Dios se realice plenamente.
Jesús nos invita a realizar un nuevo éxodo, una nueva manera de convivencia fraterna que garantice el pan para todos (Mt 6,34-44; Jn 6,48-51).
Hoy, la deuda externa ¡no es perdonada! Lucas cambia “deudas” por “pecados”.
Murmuró y quiso volverse atrás (Ex 16,3; 17,3). En el nuevo éxodo, la tentación será superada por la fuerza que el pueblo recibe de Dios (1Cor 10,12-13).
– A los doce años de edad, va al Templo, a la Casa del Padre (Lc 2,46-50).
– En la hora de ser bautizado y de asumir la misión, reza (Lc 3,21).
– En la hora de iniciar la misión, pasa cuarenta días en el desierto (Lc 4,1-2).
– En la hora de la tentación, se enfrenta al diablo con textos de la Escritura (Lc 4,3-12).
– Jesús tiene la costumbre de participar en las celebraciones en las sinagogas los sábados (Lc 4,16)
– Busca la soledad del desierto para rezar ( Lc 5,16; 9,18).
– La víspera de escoger a los doce Apóstoles, pasa la noche en oración (Lc 6,12).
– Reza antes de comer (Lc 9,16; 24,30).
– Al ponerse ante la realidad y a la hora de hablar de su pasión, reza (Lc 9,18).
– En la crisis, sube al Monte para rezar y es trasfigurado cuando reza (Lc 9,28).
– Ante la revelación del Evangelio a los pequeños, dice: “¡Padre yo te doy gracias!” (Lc 10,21)
– Rezando, despierta en los apóstoles la voluntad de rezar (Lc 11,1).
– Reza por Pedro para que no desfallezca en la fe (Lc 22,32).
– Celebra la Cena Pascual con sus discípulos (Lc 22,7-14).
– En el Huerto de los Olivos, reza, aun cuando transpira sangre (Lc 22,41-42).
– En la angustia de la agonía pide a los amigos que recen con él (Lc 22,40.46).
– En la hora de ser clavado en la cruz, pide perdón por los malhechores (Lc 23,34).
– En la hora de la muerte, dice: «¡Entre tus manos encomiendo mi espíritu!» (Lc 23,46; Sal 31,6)
– Jesús muere soltando el grito del pobre (Lc 23,46).
Para la reflexión personal
Oración final
¡Alabad a Yahvé, todas las naciones,
ensalzadlo, pueblos todos!
Pues sólido es su amor hacia nosotros,
la lealtad de Yahvé dura para siempre. (Sal 117,1-2)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)