Tiempo de Cuaresma
Oración inicial
Que tu pueblo, Señor, como preparación a las fiestas de Pascua se entregue a las penitencias cuaresmales, y que nuestra austeridad comunitaria sirva para la renovación espiritual de tus fieles. Por nuestro Señor.
Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 5,20-26
Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano ‘imbécil’, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’, será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
Reflexión
• El texto del evangelio de hoy forma parte de una unidad mayor de Mt 5,20 a Mt 5,48. En esta Mateo muestra como Jesús interpreta y explica la Ley de Dios. Por cinco veces repite la frase: “Habéis oído que se dijo a los antepasados” (Mt 5,21. 27.33.38.43). Un poco antes había dicho: “No piensen que he venido a acabar con la Ley y los Profetas. No he venido a acabar, sino a darles pleno cumplimiento” (Mt 5,17). La actitud de Jesús ante la ley es, al mismo tiempo, de ruptura y de continuidad. Rompe con las interpretaciones erradas, pero mantienen firme el objetivo que la ley quiere alcanzar: la práctica de justicia mayor es el Amor.
• Mateo 5,20: La justicia mayor que la justicia de los fariseos. Este primer versículo da la llave general de todo lo que sigue en el conjunto de Mt 5,20-48. La palabra Justicia no aparece ni una vez en Marcos, y siete veces en el Evangelio de Mateo (Mt 3,15; 5,6.10.20; 6,1.33; 21,32). Esto tiene que ver con la situación de las comunidades para las cuales Mateo escribe. El ideal religioso de los judíos de la época era “ser justo ante Dios”. Los fariseos enseñaban: “¡La persona alcanza la justicia ante Dios cuando llega a observar todas las normas de la ley en todos sus detalles!” Esta enseñanza engendraba una opresión legalista y traía mucha angustia para las personas, pues era muy difícil que alguien observara todas las normas (cf. Rom 7,21-24). Por esto, Mateo recoge las palabras de Jesús sobre la justicia, mostrando que tiene que superar la justicia de los fariseos (Mt 5,20). Para Jesús, la justicia no viene de lo que yo hago por Dios observando la ley, sino más de lo que Dios hace por mí, acogiéndome como hijo o hija. El nuevo ideal que Jesús propone es éste: “Ser perfecto como el Padre del cielo es perfecto” (Mt 5,48). Esto quiere decir: yo seré justo ante Dios, cuando procuro acoger y perdonar a las personas como Dios me acoge y me perdona, a pesar de mis defectos y pecados.
• Por medio de cinco ejemplos bien concretos, Jesús mostrará cómo hacer para alcanzar esta justicia mayor que supera la justicia de los escribas y de los fariseos. Como veremos, el evangelio de hoy trae el primer ejemplo relacionado con la nueva interpretación del quinto mandamiento: ¡No matarás! Jesús va a revelar lo que Dios quería cuando entregó este mandamiento a Moisés.
• Mateo 5,21-22: La ley dice “¡No matarás!” (Ex 20,13) Para observar plenamente este quinto mandamiento no basta evitar el asesinato. Es preciso arrancar de dentro de sí todo aquello que de una manera o de otra puede llevar al asesinato, como por ejemplo, rabia, odio, deseo de venganza, explotación, insulto, etc.
• Mateo 5,23-24: El culto perfecto que Dios quiere. Para poder ser aceptado por Dios y estar unidos a él, es preciso estar reconciliado con el hermano, con la hermana. Antes de la destrucción del Templo, en el año 70, cuando los judíos cristianos participaban en las romerías a Jerusalén para hacer sus ofrendas al altar y pagar sus promesas, ellos se acordaban siempre de esta frase de Jesús. En los años 80, en el momento en que Mateo escribe, el Templo o el Altar no existían ya. Habían sido destruidos por los romanos. La comunidad y la celebración comunitaria, pasan a ser el Templo y el Altar de Dios.
• Mateo 5,25-26: Reconciliar. Uno de los puntos en que el Evangelio de Mateo más insiste es la reconciliación. Esto muestra que, en las comunidades de aquella época, había muchas tensiones entre grupos radicales con tendencias diferentes y hasta opuestas. Nadie quería ceder ante el otro. No había diálogo. Mateo ilumina esta situación con palabras de Jesús sobre la reconciliación que piden acogida y comprensión. Pues el único pecado que Dios no consigue perdonar es nuestra falta de perdón hacia los otros (Mt 6,14). Por esto, procure la reconciliación, antes que sea demasiado tarde.
Para la reflexión personal
• ¡Hoy son muchas las personas que gritan “Justicia!” ¿Qué sentido tiene para mí la justicia evangélica?
• ¿Cómo me comporto delante de los que no me aceptan como soy? ¿Cómo se ha comportado Jesús delante los que no lo han aceptado?
Oración final
Desde lo hondo a ti grito, Yahvé:
¡Señor, escucha mi clamor!
¡Estén atentos tus oídos
a la voz de mis súplicas! (Sal 130,1-2)
Fuente: Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (https://ocarm.org/es/)